La vispera.

Los pasos se acercan cada vez más, primero estaban en la sala,  ahora en el pasillo y la partida aún no termina. Se han detenido detras de la puerta, guardo silencio, ella también. La calma es la reina del momento, no hago movimientos bruscos, ojala y no decida abrir la puerta. La partida continua, estamos perdiendo, eso me molesta.  Es tarde, ya ha puesto la mano sobre la perilla de la puerta, lentamente la esta haciendo girar, puedo escucharlo, apago la consola de golpe y me tiro a la cama con el control en las manos, finjo demencia.

Entra en el cuarto, es mi mamá. Con una rapida mirada inspecciona el cuarto buscando indicios de desobediencia, avanza unos pasos y pone la mano sobre la consola y murmura: esta caliente, me ha descubierto, pensé. Se sienta al borde de la cama y pone una mano sobre mi

- Ya duermete, anda, que mañana regresas a clase y tienes que ir, no esta sujeto a discusión.

Se levanta y se dirige hacia la puerta, se detiene en el umbral y me pregunta:

-¿Por lo menos estabas ganando?
Si, de hecho subi de nivel a 36. Respondi temeroso
- Ah, ya duermete. Respondio

Tiene razón, es hora de ir a dormir, mañana sera otro día. No quiero pensar.

Se escucha mucho bullicio allá abajo, seguro ya esta despierta y no tarda en venirme a tocar diciendo: ya levantate huevon, son 5 para las 6!. Mejor me levanto, me siento al borde de la cama y apoyo mis brazos en mis piernas, tengo que ir a la escuela y no quiero. Entro al baño y me desvisto, me miro al espejo, y veo mi cara llena de sueño, se asoma un resquicio de hartazgo. Avanzo hacia la ducha y abro la llave, alargo mi brazo y siento el agua caer, esta tibia, esperare a que se caliente.

Mi mamá me llama a desayunar, me amarro los cabetes y me levanto, salgo de mi cuarto, ahi estan las escaleras, bajo lentamente las escaleras como quien no quiere llegar a su fatal destino. Ahi esta ella, inmersa en un frenesí de cosas por preparar, me siento a la mesa, el menú de hoy consiste en un jugo de naranja y pan tostado con mermelada, comienzo a comer, poco a poco, esta todo muy bueno, he de reconocerlo. He terminado.

Tomo la mochila preparada con anterioridad, llevo en ella mis libros y cuadernos pero pesa más de lo que deberia, sera el peso de la incertidumbre. Me acerco a mamá y me despido de ella con un beso y un gracias, eso es lo más importante. Salgo de la casa y camino lentamente, como quien quiere retardar lo inevitable, observo mis zapatos, estan ya muy gastados. Llego a la parada, no soy el unico, las colas son largas, pregunto cuál de ellas es para tomar mi camión a la escuela, es esa del final, me contesta una señora, avanzo y me formo, escucho el murmullo de la ciudad, me habla al oido. El camión ha llegado, avanzo la fila hacia él, ya no me toco asiento, ire parado, no importa, de hecho me agrada. El conductor nos receta su selección musical, le gustan las cumbias, yo las soporto, el camión avanza y yo lo hago con él, pienso como sera el instante en el que entre al salon. Veo las fachadas conocidas, poco a poco me voy acercando. Ahi esta la escuela, es hora de bajar.

Para poder entrar me piden que muestre mi credencial, me detengo y busco en mi cartera, la saco y me detengo a mirarla, mi cara de hace un año, pensé,

- Aqui esta
- Adelante, dice el policia.

Avanzo atraves de la escuela, recorro con la mirada todos los espacios buscando algún cambio, todo parece igual. Saludo a quienes me saludan, son pocos la verdad, alento mi paso, no quiero llegar. Esta a la vista mi salon, la puerta esta abierta, ya hay algunos compañeros dentro, me detengo junto a un arbol y respiro profundamente, busco fuerzas para continuar el camino, no las hay. Reanudo el paso, el umbral es cada vez más cercano, estoy en él.  El salón es verde, no es la gran cosa pero me gusta, busco una butaca vacia donde pueda sentarme, avanzo hacia ella y dejo caer mi mochila como quien se libera de de un gran peso.

Realizo un gran suspiro, es momento de alzar la vista.

Mis ojos recorren el salón buscandola, ahi esta, ella. No se ha ido de mi vida, aún.