viernes, 7 de enero de 2011

La alameda brilla.

En fechas recientes fui al Df de vacaciones, me hospede en 5 de mayo, al lado de Madero, la calle Madero, que quede claro. Hecha la aclaración he de decir que la calle antes mencionada tuvo un remozamiento que la hace lucir muy bien, en ella, por extraño que suene, me siento seguro.

Tuve el gusto de ir a CU a ver unas exposiciones y llegue algo tarde al hotel, me pase en el metro hasta Allende, la gente no me dejo bajarme en zocalo. Comi en el popular y me fui a caminar, todo Madero, de arriba a abajo y de regreso.

Cuando estaba cerca de la avenida Juarez fue que vi la alameda. Distintas tonalidades de luz emergian de ella, todo fue muy emotivo para mis ojos. Anteriormente habia escuchado que era la alameda el lugar en que los reyes magos defeños hacian sus compras asi que decidi la aprovechar la oportunidad y decidi ir a su encuentro.

Fue un regreso a mi infancia, todo era distinto pero aun así me parecia conocido. Los reyes magos aqui y allá ofreciendo la foto del recuerdo, las vendedoras de coronas, de todo tipo, de carton y aluminio que nos convertian en reyes. La comida abundaba, tamales, chulupas y pambazos eran los que dominaban el horizonte gastronomico aunque poco a poco la comida internacional, por llamarla de algún modo, va ganando espacios, el sushi, las brochetas y pizzas hacen acto de presencia.

Entre tanto rey mago, tanto improvisados como reales, se podia ver a un Santa Claus relegado en tiempo y espacio, competia feroz mente por la preferencia de los niños con dos bolos de tamaño enorme, confieso que mi mirada no puedo evitar verlos, aunque aun con ellos, no tenia el apoyo de la población pequeña. Aun que mi mente regreso a su infancia fue inevitable pensar que todo esto ha cambiado, ahora ya no son solo los reyes magos la atracción sino que ahora se hacen acompañar por Budy, Camapanita, Buzz, su amiga la vaquerita, y muchos más. Senti un poco de nostalgia de aquella foto en la que aprezco montado sobre un elefante gris y muchos juguetes alrededor, ahora, los elefantes son rosas, los caballos verdes y los reyes se ocupan por lucir bien ante la camara, mostrar su mejor perfil.

Se me olvida que los reyes de la alameda y de muchos lugares más, no son un intento por mantener la tradición en el pueblo, sino que responden a las leyes del mercado, no les culpo, de algo tenemos que comer todos, aun que tengamos que lucrar con los más pequeños y su ilusión.

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