domingo, 16 de noviembre de 2014

50 días de impunidad


A los padres de los normalistas desaparecidos,
con profunda admiración y respeto


Se han cumplido 50 días desde que desaparecieron 43 normalistas de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero. La noche aciaga del 26 de Septiembre fue un cisma en el México contemporáneo, fue esa noche, y la madrugada del día siguiente, en la convergieron las principales características de nuestra sociedad: impunidad, complicidad entre delincuentes y autoridades encargadas de la seguridad pública, colusión entre los mismos delincuentes y partidos políticos,  la penetración de la delincuencia en las instituciones del Estado, en suma, la máxima crisis política en lo que va del siglo.

Rechazo a los Macbeth

Desde el inicio de la presente crisis, una de las "principales líneas de investigación" fue que la desaparición de los estudiantes fue el resultado de un capricho de la esposa del entonces presidente municipal de Iguala, el hoy preso José Luis Abarca. Esta linea de investigación indica que el 26 de Septiembre pasado la señora se encontraba rindiendo su informe anual de actividades como Presidenta del DIF municipal, en plena fiesta conmemorativa la pareja fue informada de la presencia de los estudiantes en la ciudad lo que provoco que la señora ordenara evitar a toda costa, y a cualquier precio, ser interrumpida. Como resultado de éste capricho devino la desaparición de 43 personas, el asesinato de un estudiante y seis personas heridas.

Aceptar una explicación como la pasada tiene diversas implicaciones. La primera de ellas es pensar que la pareja Abarca tenía un control ilimitado sobre la policía municipal, y que ésta actúa sin ningún tipo de protocolo que trate a la protesta como tal, y no como una amenaza a la paz pública. De ningún modo se justifica que frente a personas desarmadas se desate una balacera.

El manejo mediático durante las primeras semanas de la tragedia estuvo centrado en inculpar a la pareja, se crearon motes tan singulares como "La pareja imperial" en alusión a la forma de conducirse de éstos, con un franco abuso de poder y prepotencia. Incluso se realizaron investigaciones que mostraban la manera sorprenden en que José Luis Abarca se enriqueció y logro obtener la candidatura a la presidencia municipal por parte del PRD. Todo se centro en sus personas, recalcando lo "malvados" que eran. Fueron los medios quienes intentaron centrar la atención en el matrimonio, incluso se les llego a comparar con los Macbeth, diciendo que el ex edil de Iguala es más "malo" que aquel que logro ser Rey de Escocia a base de asesinatos. 

Pensar así limita la reflexión, una vez atrapados los presuntos culpables no hay nada más que pensar, solo tenemos que investigar para reconocer la cadena de mando que opero durante aquellos sucesos, saber quién dio la orden para terminar preguntando quién jalo el gatillo. Lo anterior exculpa a muchos involucrados, de manera directa e indirecta. Incluso el desarrollo posterior de las investigaciones muestran que la detención de la pareja no ha sido el punto clave que se esperaba que fuera, los estudiantes siguen desaparecidos.

Es conveniente, pues, replantear las preguntas que guían nuestra reflexión sobre el tema. Hay que preguntar por las circunstancias de posibilitaron que todo esto sucediera. Lo anterior implica voltear a ver al pasado, y no solamente a la noche del 26 de Septiembre, sino a todo ese tiempo que el Estado permaneció callado, cómplice, ante las denuncias del avasallamiento del crimen organizado en el país, regresar al momento en que la política institucional fue infiltrada por la delincuencia organizada, a las otras matanzas impunes (San Fernando, Tlatlaya, Aguas Blancas, Acteal, los feminicidios en el Estado de México y demás). Es cierto que resulta imposible conocer el momento preciso en que México se vulnero tanto, pero es importante indagar y conocer quiénes fueron los que permitieron que esto siguiera sucediendo, y sobre todo, cómo fue que dieron continuidad a esto y por qué. Reconocer quienes son culpables por comisión, pero también reconocer a quienes con su silencio e indiferencia son culpables por omisión.

Mano dura contra la violencia

En días pasados, empresarios reunidos con el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, pidieron al gobierno mexicano aplicar la ley, restablecer el estado de derecho, en todas esas comunidades afectadas por las protestas generadas por lo acontecido en Iguala. Por su parte, Peña Nieto al regreso de su gira por China y Australia, dio un discurso en el que dijo que su gobierno seguirá privilegiando el dialogo y que espera, anhela, no tener que hacer uso de la fuerza pública para disuadir las protestas.

Me parece sumamente interesante la petición de los empresarios, sobre todo por lo que dicha declaración revela. Pedir al gobierno que acalle las protestas es, para ellos, sinónimo de hacer valer la ley pero, olvidan de manera conveniente, que es el incumplimiento de la ley, la fragilidad del tan cacareado estado de derecho, lo que posibilito que ocurrieran los sucesos trágicos aquella noche en Iguala. Es esta misma fragilidad es la que a permitido a empresarios contaminar ríos en Sonora y que nada pase, es esta misma ausencia de ley la que permite a los empresarios construir desarrollos turísticos en zonas protegidas por la Semarnat, incluso, es esta misma condición lo que ha hecho posible que 26 mineros mueran en las condiciones más miserables al interior de una mina.

Lo anterior nos hace pensar que una parte del empresariado mexicano tiene una concepción muy particular de la aplicación de la ley, una concepción sesgada que privilegia la impunidad a éstos y que castiga a quienes cuestionan y se manifiestan contra tales abusos.

Por su parte, el Estado mexicano no hace más que evidenciar su incapacidad para hacer respetar la ley, si no pueden, o no quieren, hacer respetar la ley con unos, ¿qué nos hace pensar que sí lo harán con otros?

A manera de conclusión pienso que, como sociedad mexicana tenemos que replantearnos la forma de abordar lo que sucede en México. Las líneas anteriores constituyen un esfuerzo por caminar en dicha dirección.


No hay comentarios:

Publicar un comentario