Después del descencanto que ha significado dos sexenios comsecutivos de gobiernos panistas, la sociedad mexicana, con justa razón, está harta de los políticos y de sus marrullerias.
En los estados tampoco les canta otro gallo. La mayoría de los gobernadores, sea cual sea el partido al que estos pertenezcan, han cuasado grandes estragos, las políticas públicas y sus presupuestos no están encaminadas a la solución de los problemas sociales sino que son usadas con fines electorales.´
La población de mayor edad ha vivido una desilusión mayor, los dos fraudes electorales a nivel federal, ambos cometidos contra candidatos de la izquierda, en 1988 el afectado fue Cuauhtemoc Cardenas Solorzano y en 2006, Andrés Manuel Lopez Obrador. Estos constantes fraudes han hecho que la política sea una profesión con un bajo nivel de credibilidad frente a la sociedad.
Como resultado de todo esto, la población, todos sus sectores, los más jovenes y los de mayor edad, han tomado una posición de desagrado y de indiferencia. La gran mayoria de ellos piensa no votar en las proximas elecciones federales o en el mejor de los casos, anular su voto. ¨¿Para qué votar?¨; ¨Todos los políticos son iguales¨; ¨Nada va a cambiar, todo seguira igual¨; ¨Nadie me convence, la decisión está en votar por el menos malo y no por el mejor¨. Son solo algunos de los argumentos esgrimidos.
Tienen toda la razón en estar desencantados, hartos de los políticos mexicanos pero hay algo que olvidan o que bien, no suelen ponderar en toda su magnitud y eso es que, ellos también tienen intereses. La mayoria de las campañas plíticas, del partido y candidato que sean, estan financiadas por los simpatizantes, aparte de lo dado por el IFE, claro está, hay quien invierte su tiempo, dinero y esfuerzo en ellas y es porque espera recibir una compensación a cambio. De esta manera, las grandes empresas invierten en las campañas de los políticos que les ofrecen los mejores reditos a sus inversiones, así es, a sus inversiones. Ellos no aportan esperando una mejora social sino que dan capital con la salvedad de que el candidato, en caso de ganar, las retribuaya con creces, no necesariamente con más dinero sino que también con leyes a modo o bien, ignorando sus faltas. Entregando licitaciones o contratos, el candidato que les garantice la tasa de interes más alta será quien ganara los favores de los dioses.
Ejemplos de lo anterios hay por montones. En México durante la elección presidencial del 2006 diversas empresas instaban a sus empleados a votar por el candidato del PAN, algunos los dejaban salir temprano o llegar tarde para ir a votar. Otros modificaban su publicidad para ir en sincronia con el candidato mencionado, algunos incluso llegaron a pagar spots denostando al candidato de la izquierda.
Por otro lado, en México, lamentablemente, no contamos con una legislación que reconozca la figura de voto en blanco o voto nulo, es decir, el porcentaje total de votos en blanco o nulos en una elección no tiene ningunan consecuencia sobre la misma elección, no es circunstancia como para anularla o repetirla, simplemente es un dato estadistico más. A veces, hasta los muertos votan.
Por la situación actual en México, el no votar o votar en blanco inclina la balanza hacia la decadencia. El voto es una de las herramientas más poderosas y a la vez, más desvalorizadas, importante seria orientar el voto hacia quien represente, de la manera más cercana, nuestros intereses y castigar al partido o candidato que ha demostrado no tomar en cuenta los intereses de sus representados.
Max Weber dice que el ser social actua de dos maneras, por acción propiamente dicho o por omisión, en el caso de anular o de votar en blanco estamos contribuyendo a una clase ajena a nosotros, a una que tiene plena conciencia de su situación socio - economica y que actua en consecuencia.
Votar en momentos como estos, en los que la violencia domina el país y la religión intenta retomar su influencia en el poder, es una acción encaminada a defender los intereses en común de la sociedad. Votar es limitar la influencia de poderes facticos que intenta controlar el poder político y economico mexicano, que siendo los menos, intenta imponer su agenda a toda la población. Votar es asumir una responsabilidad social, un derecho que se obtuvo después de mucha sangre derramada y luchas sociales durante el siglo pasado.
Tenemos la herramienta, es momento de usarla.
Votar en momentos como estos, en los que la violencia domina el país y la religión intenta retomar su influencia en el poder, es una acción encaminada a defender los intereses en común de la sociedad. Votar es limitar la influencia de poderes facticos que intenta controlar el poder político y economico mexicano, que siendo los menos, intenta imponer su agenda a toda la población. Votar es asumir una responsabilidad social, un derecho que se obtuvo después de mucha sangre derramada y luchas sociales durante el siglo pasado.
Tenemos la herramienta, es momento de usarla.
Ser joven no es excusa, tampoco estar desinformado. Malo es saberlo y no actuar en consecuencia.
¿Votar o no votar? Estoy de acuerdo en que conseguir el voto universal costó mucha sangre, sin embargo, pocos ejemplos históricos tenemos de que el voto (en el sentido liberal-burgués) sea un instrumento de liberación de los pueblos; incluso me atrevería a decir que si el voto no viene acompañado por una "insurrección" en el terreno de las ideas que cuestione el orden imperante no sirve de nada... bueno, lo único que hace es legitimar la opresión del pueblo bajo el eufemismo de "democracia"...
ResponderEliminarVotar --en el sentido liberal-burgués-- en favor del "menos malo" es un pequeño paso hacia la verdadera consolidación de un "poder popular".